lunes, 28 de febrero de 2011

Bollos de azafrán

Esta receta está inspirada en una propuesta que hace Richard Bertinet en su libro Dough, pero tiene algunas variantes para hacer la receta más castellana. Al fin y al cabo, aunque a los anglosajones -él es francés pero hace carrera por las islas británicas- el azafrán pueda parecerles una cosa muy exótica, en España es una especia muy común. Castilla-La Mancha, sin ir más lejos, es la principal región productora, su azafrán es el más caro del mundo y, dicen, el mejor.

Pero más allá de azafrán patrio, lo que hice para darle un toque más de la tierra a estos bollos fue añadir una pequeña cantidad de harina de garbanzos, una legumbre de la que tampoco andamos faltos por aquí. El resultado tiene el aspecto que veis en la foto y un sabor en el que se nota más el garbanzo que el azafrán, que preferí poner con discreción no fuera a ser que aquello resultara preciosamente naranja a la par que incomible.
Otra variante importante es que utilicé masa madre en vez de levadura fresca, por supuesto.

Ingredientes para 6 bollos:
- 350 gr. harina de trigo
- 50 gr. harina de garbanzos
- 200 gr. masa madre de trigo
- 10 gr. sal
- azafrán en estambres

Una última diferencia con la propuesta de Bertinet, esta vez completamente involuntaria, tuvo que ver con el formado. Él plantea utilizar el rodillo de amasar para hacer unas hendiduras muy profundas pero que no rompan la masa y que se queden marcadas durante el horneado. El aspecto final debería ser el de granos (muy grandes) de café. Yo utilicé el mango de un cuchillo para hacer esas hendiduras y no me salió igual. Básicamente hicieron el papel de greñado y los bollos subieron y rompieron por ahí. Pero no me importa. Están ricos.

3 comentarios:

  1. Además de ricos, te han salido preciosos.

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  2. Coincido con Eva... son preciosos. ¡Enhorabuena!

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  3. Muchas gracias, Eva y Almudena, si no fuera por estos momentos... Añado que la miga queda un poco menos esponjosa que la de un pan que lleve sólo harina de trigo, porque la de garbanzo pone la masa un poco pesadota, así que conviene que no pase mucho tiempo para comerlos. De hecho, ya sólo me quedan un par.

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